Este ha sido uno de los años más complicados en todos los aspectos. Una crisis sanitaria sin precedentes que ha afectado globalmente y ha incidido en sectores clave. Además, ha arrastrado a una crisis económica con consecuencias aún imprevisibles. El ámbito de las remesas también se ha visto afectado.
El año termina con una buena noticia: la llegada de las primeras vacunas permite atisbar un horizonte de esperanza para la vuelta a la normalidad. Sin embargo, el camino hasta que se alcance esa ansiada recuperación se prevé largo y con obstáculos. Este 2020 será recordado por el cambio vital que ha producido a escala global y por las transformaciones que ha llevado consigo. Todos los sectores se han visto afectados, también el de las transferencias de dinero internacional.
Durante lo más duro de la pandemia, en abril, el
Banco Mundial estimaba que la cantidad de remesas total caería un 20% con respecto al año anterior. Sin embargo, en octubre tenía que revisar esa cifra y concluía que
la caída sería de un 14% en 2021 con respecto a valores de 2019.
La vicepresidenta de Desarrollo Humano y presidenta del Grupo Directivo sobre Migración del Banco Mundial, Mamta Murthi, considera especialmente grave el impacto de la pandemia para la población migrante y el envío de remesas:
“Los efectos de la COVID-19 son de gran alcance si se consideran desde el punto de vista de la migración, ya que afectan tanto a los migrantes como a sus familias, que dependen de las remesas”.
Estas caídas de remesas serán especialmente pronunciadas en el caso de Europa y Asia Central con una caída del 16% en 2020 y del 8% en 2021. La región menos afectada por este descenso es América Latina y el Caribe con un descenso del 0,2% en 2020 y un 8% previsto para 2021. Se espera que los flujos de remesas hacia esta región alcancen los USD 96.000 millones (unos 78.608 millones de euros).
Cambios en las transferencias de dinero
Como ha sucedido en prácticamente todos los ámbitos de nuestra vida, la pandemia ha alterado los cambios en el envío de remesas y ha acelerado la digitalización del sector. Igual que sucede con las llamadas de zoom, el teletrabajo y otras realidades que han pasado de lo físico a lo digital, el envío de remesas desde puntos físicos se ha visto afectado.
Según una encuesta de
Western Union recogida por
El Economista Perú, del 60% de las personas que todavía utilizaban sus servicios de envío de dinero por mediación de agentes u oficinas físicas, la mitad migró a las plataformas digitales. Esto se debe al cierre de algunas oficinas o a la obligación de permanecer en casa. De la misma manera,
el 55% de las personas que han utilizado el servicio digital afirman que continuarán usándolo debido a su sencillez.
Muchos servicios de transferencia de remesas físicos se han visto afectados y han lanzado alternativas como pago de proveedores digital o fondos de apoyo a migrantes. Además, la mayoría han establecido sistemas de información detallada y actualizada sobre las restricciones en la transferencia física de dinero y las alternativas disponibles.
Diferencias por países en el flujo de remesas
La pandemia ha afectado de manera desigual al envío de remesas por países. La caída de apenas un 0,2% en América Latina y el Caribe ha afectado de diferente manera a cada territorio y hay algunos países que han experimentado una subida en el flujo de remesas recibidas.
Uno de los
países más beneficiados es México que,
según datos del BBVA, ha visto un
aumento de sus remesas de un 20,3% en los 10 primeros meses del año frente al año anterior. Una de las razones que explican este aumento es que el principal país emisor de remesas es EE. UU., donde se ha reducido el desempleo tras los meses más duros de la pandemia.
Otro país que también ha visto un crecimiento en la llegada de remesas ha sido Colombia que, según datos del
Banco de la República recogidos por El Tiempo, recibió un total de USD 6.200 millones (unos 5.075 millones de euros) hasta noviembre. Esta cifra
supera en un 1,92% a lo recibido el mismo periodo de 2019.
Ecuador también ha sido uno de los países que sí ha visto caer la recepción de remesas en 2020. En los tres primeros trimestres del año
la bajada fue de un 1,6% respecto a 2019, a pesar de que en el tercer trimestre del año ha habido un crecimiento del 12,7%. El país emisor que más ha descendido su transferencia de dinero este año hacia Ecuador ha sido España, que
ha emitido un 11,28% menos de dinero que el año anterior y ha llegado a los USD 526,9 millones (unos 431,70 millones de euros), frente a los USD 593,9 millones (unos 486,57 millones de euros) emitidos en 2019.
La pandemia ha tocado a todos los sectores por igual y costará tiempo volver a cierta normalidad tanto económica como social. Sin embargo, los nuevos hábitos y los nuevos servicios digitales que han surgido durante estos meses permanecerán. En Gelt Giro seguiremos informándote de las mejores opciones. ¡Feliz 2021!